viernes, 7 de enero de 2011

La actitud de la ciencia

Ante estos temas de la vida más allá de la vida, la posibilidad de comunicarnos con los espíritus, las facultades extrasensoriales que muestran algunos individuos, la probabilidad de vida inteligente fuera de nuestro sistema solar, etc. siempre me ha extrañado la actitud -en mi opinión- tan poco crítica y objetiva que siguen teniendo la gran mayoría de nuestros científicos hoy día.

Existen innumerables sucesos que aún no han podido ser respondidos satisfactoriamente por la ciencia el poco tiempo que les ha querido dedicar. Y los investigadores que se han implicado más en estos estudios terminan siendo arrinconados e ignorados. El otro día escuché un programa de radio donde un ingeniero e investigador del tema de las psicofonías se quejaba en la radio de que tiene varios colegas científicos que, en privado, le han revelado los pocos descubrimientos que ellos habían conseguido por su cuenta en este tema de la comunicación con seres inteligentes (sean éstos lo que sea) pero que ante una conferencia no se atreverían a revelar tal información porque saben que se les tacharía de locos, de perder el tiempo en temas absurdos y finalmente ninguna revista y editorial de libros científicos se molestaría en publicar sus investigaciones, relegándoles finalmente al ostracismo.

Precisamente de este tema se queja Iker Jiménez en su comentario final del programa Cuarto Milenio del día 6 de diciembre de 2010:




Pero más que un acto de conspiración, como muchos piensan, yo creo que los motivos están más en consonancia con la naturaleza actual del ser humano: 
 
En primer lugar, somos aún demasiado materialistas; las cosas del espíritu no nos interesan mucho, no da dinero, y si no podemos obtener un beneficio vendiendo un producto, ¿para qué vamos a invertir tiempo y dinero en ello?

Y en segundo lugar, nos solemos apegar demasiado a nuestras concepciones del mundo, nuestras ideas religiosas y filosóficas, nuestra opinión de que tan solo somos este cuerpo de carne y huesos, y no aceptamos que nadie intente hacernos comprender otra realidad. Estamos demasiado acomodados y acostumbrados a esta equivocada realidad que nos cuesta abrir los ojos a otras posibilidades.

En fin, solo espero que cuando estemos preparados abramos los ojos, porque la realidad está ahí, al alcance de la mano y los medios ya los tenemos.

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